CASS Constructores y CIA SCA es una empresa familiar que nació en abril del Año 2005. Fue creada por la familia Solarte Enríquez y está cimentada sobre las bases de la innovación, el compromiso humano, la alta tecnología, la solidez financiera y la responsabilidad social.
Lo que les voy a contar no sucede a diario. Es por esto que le dedicamos unas palabras escritas y nos reunimos para celebrarlo.
No todos los días un líder empresarial, pero sobre todo un padre estricto y amoroso, puede decirle a un periodista, mezclando lo empresarial y lo personal:
Me llena de orgullo y regocijo pensar que sí correspondieron a las expectativas que yo tenía en ellos, y en la empresa de ellos.
El ya legendario constructor, Carlos Alberto Solarte Solarte, es quien lo dice. Se refiere a sus hijos Claudia, Paola y Carlos Andrés, y a la empresa que han creado con su ayuda en tan sólo 10 años: CASS Constructores.
La conversación con el Jefe, “mi papá” o “mi papi”, como le dicen sus hijos, tocó fondo. Hablamos de cómo superó la cirugía a corazón abierto, de lo que siente por su hermano ausente y de cómo volver al trabajo ha sido un nuevo amanecer. El presente es promisorio y el futuro está por construirse.
En las primeras páginas de esta revista en homenaje a los diez años de CASS Constructores, tal vez les sorprenda encontrar una fotografía a doble página que muestra una panorámica donde, al fondo, se ve el hermoso municipio de Guaitarilla, Nariño. En su destacado dice: “El lugar donde todo comenzó”. Y así es, allí fue.
Regresamos a los orígenes porque CASS Constructores no existiría sin la fuerza, la disciplina y el amor de doña Victoria Solarte, quien dio a luz a la primera generación de constructores que llevan el apellido Solarte. En la casa crecieron Carlos Alberto Solarte Solarte y su hermano Luis Héctor.
Después de compartir un pan de pambazo y repasar su historia, el Dr. Carlos me contó en su oficina que extraña la compañía de su hermano; pero la vida sigue. Juntos lograron ser la pareja de socios, hermanos e ingenieros más exitosa de la historia de la construcción de infraestructura vial en Colombia.
Hoy su vibrante presente tiene un nuevo horizonte, el cual está más ligado a los éxitos que ha obtenido como persona natural, pero sobre todo con los logros de sus hijos. Ellos, con su talento y trabajo, han capitalizado el apoyo incondicional de su padre. Han posicionado a CASS Constructores entre las empresas más importantes del sector y el país. Padre, madre e hijos lo hicieron posible en tan sólo 10 años, pero el camino para lograrlo no fue fácil.
Cuenta el doctor Carlos Alberto que, como todo socio, hizo su aporte pero
a ellos no les presté, les prestó el banco. Les serví de aval en el banco, de fiador responsable pero yo no les presté un peso.
El día que les dé un peso, ellos no sabrán cuánto cuesta tener una máquina. Para conservarla hay que comprarla, entonces a usted le duele y dice: esta máquina cuesta.
No sólo predicó, los hechos han hablado por él durante estos 10 años: prefirió enseñarles a pescar que darles el pescado.
En la sala de la casa familiar, impulsados por doña Cecilia, quien también quería ver trascender a sus hijos, nació CASS Constructores. Después de muchas conversaciones sobre el tema comenzó a escribirse la historia de la segunda generación de constructores: Vamos a licitar, que con el tiempo se aprende les dijo.
La primera vez que licitaron, no ganaron. El ingeniero Carlos Andrés Solarte Enríquez recuerda que el primer contrato llegó después de 36 intentos: fue la número 37, ¡nos lo ganamos!, era un contrato con el IDU para construir el puente sobre el humedal Juan Amarillo.
Al inicio y durante varios años, algunas licitaciones fueron adjudicadas al Jefe, como le dicen al pluma blanca de la familia.
La empresa necesitaba tener experiencia en sus directivos, por eso participé yo, pero fundamentalmente la empresa es para ellos.
De tal forma, la administración y la ejecución de los primeros contratos estuvieron a cargo de sus hijos en CASS Constructores. El Dr. Carlos también les transfirió talento humano que él había formado, los acompañó en las negociaciones y en el cierre de licitaciones con el objetivo de apoyarlos para que poco a poco tomaran vuelo.
Al comienzo hubo algunos proyectos, tales como el MIO de Cali (trasporte masivo), que no les dieron utilidades. Entonces se dieron cuenta de que la cosa era administrando, que no se podía delegar. Les dije: esto es sacrificado Paola Solarte trabajaba en el sector financiero, en banca de inversión del Banco de Colombia, y su hermano Carlos Andrés en la constructora Pedro Gómez como director de obra. En las noches salían de sus trabajos y seguían en la sala de la casa de sus padres. Eran unas trasnochadas violentas, éramos súper primíparos. Mi mamá pasando tinto y los novios de la época ayudando a sacar fotocopias. Cuenta Paola, quien además recuerda el aporte de doña Cecilia al comienzo: Creo que la idea de crear CASS Constructores nace de la cabeza de mi papá, y quien le ayuda a darle forma y dice, ‘llame a los hijos, póngalos al orden’, es mi mamá.
En ese momento la hoy gerente administrativa, Claudia Bibiana Solarte, se encontraba en Barcelona, haciendo su doctorado en Management Sciences. Ella llegó después de los primeros contratos, pero era la que mejor conocía el negocio de su padre. Había trabajado varios años con el Dr. Carlos y su tío: “Yo trabajé con los taitas, tuve acceso a los socios de mi padre, me decían “la nena”, allí entendí el secreto de Carlos Alberto Solarte Solarte: la honestidad y la humildad de corazón. Él siempre conoce a su base y a su estructura organizacional y corporativa, a los de abajo; dice que su empresa es lo que es, por el maestro, el operario y por la gente de su región. Mi papá contrata nariñenses: en esa época salían 40 buses de Nariño para proyectos en todas partes. para él la idiosincrasia cultural de su gente y sus raíces era lo que iba a permitir que la empresa saliera adelante. iba a tener logros y a ahorrar porque la semilla nariñense iba a cohesionarse, a amar y a trabajar con pasión. ser de la tierra, empujar por una empresa de la tierra, iba a sacar a la empresa adelante. y así fue”.
La fuerza de este líder como socio gestor la hemos enmarcado en la revista como “el origen”, para páginas después hablar de las fortalezas de CASS Constructores y adentrarnos en la etapa que hemos denominado “el comienzo”, donde el aprendizaje y el crecimiento, entre los años 2005 y 2008, fueron la constante. “La compañía era tan joven, que ni siquiera podía licitar directamente”.
Es decir, que licitábamos a través de Carlos Alberto Solarte como persona natural. Entonces quien aparece en esos contratos es él”, comenta Paola. Añade: “Para nosotros siempre ha sido muy claro que mi papá es el jefe, eso nos ayudó a buscar la consolidación cada uno desde su lado: Carlos Andrés en la obra; yo en la parte financiera, licitaciones; y Claudia llega a organizar muchas cosas, ella ya sabía cómo se debía manejar una empresa grande”.
A partir del año 2009 y hasta 2014, la situación cambia para la naciente CASS Constructores, se inicia la etapa que hemos llamado “La consolidación”, donde los retos y los éxitos comenzaron a ser más frecuentes, empezando por un avance significativo desde lo administrativo.
Cuenta Claudia Bibiana Solarte: “Empecé a controlar y a auditar, era mi especialidad laboral previa fuera de Colombia: como auditora líder certificada por BVQI.
A mi llegada a CASS, obtuvimos certificaciones, mejoramos los procedimientos en todas las áreas, instalamos la plataforma 5, incorporamos más personal e hicimos aportes comerciales con nuevos socios que luego fueron claves para nuestro crecimiento. Creo que nos hemos consolidado porque, de una u otra forma, todos hemos venido a aportar a nuestra manera, sin pensar que uno es más que el otro”.
Se comparten éxitos, se comparten riesgos y tributos, pero cada uno por su lado.
A Carlos Andrés esta etapa de consolidación, le produce enorme orgullo y satisfacción. Haber estado en el terreno y construir con los talentosos directores de obra que llegaron a CASS, fue muy importante para él.
Construyeron vías rurales, vías urbanas, túneles; hicieron reparaciones de losas en el aeropuerto El Dorado; lograron construir interconectores como el de TransMilenio en Bogotá, tramos del MIO en Cali; terminar carreteras en zonas rojas, en medio del conflicto armado; y hacer puentes importantes como los de la ciénaga Palotal, el del Bagre sobre el río Nechí o Balseadero, el viaducto más largo de Colombia. Para él, todo esto es un triunfo familiar y personal, pero lo que más le emociona es la transformación de la empresa que su padre ayudó e inspiró a crear.
Todas las mañanas se los encargo a Dios para que salgan adelante, con una empresa grande y bendecida, si el papá pudo, los hijos pueden mucho más”. Cecilia Enríquez de Solarte.
Hoy en día, “CASS Constructores tiene su propia línea crediticia, tiene su deuda, antes todo era apalancado en el buen nombre del Jefe, ahora le prestan a CASS Constructores y lo respaldamos con nuestros activos”, menciona el Ingeniero.
Para Paola Solarte, gerente financiera de la empresa de la familia Solarte Enríquez, los cerca de 45 contratos propios, así como las subcontrataciones, que integran la historia de CASS Constructores, les ha permitido reconocer dónde está la fuerza de la empresa: “Sabemos en qué somos buenos, hacemos carreteras rurales en zonas inhóspitas y lugares complejos de la geografía colombiana y, como ventaja competitiva, tenemos un gran líder. Mi papá es un tipo honesto, te pone ejemplo todos los días”.
Al cierre de la revista homenaje a estos 10 años de CaSS Constructores llegamos a las páginas que nos hablan del presente y el futuro de la empresa. donde los deseos y la visión del líder, frente a sus hijos y sus empleados, son muy importantes: “Uno está para respaldarlos, lo hago sin ningún egoísmo, con el ánimo de que triunfen y salgan adelante.
Uno, como empresa de ingeniería, depende de la inversión pública que haya; o, en el caso de las concesiones, obras que se financian, parcial o totalmente, con el flujo de los vehículos, con los peajes. Claudia, Paola y Carlos como CASS Constructores ya son socios en igual porcentaje que yo en la concesión Santana, Mocoa, Neiva y son socios en la concesión Santander de Quilichao, Popayán. Esa zona la conozco bien, la hemos trabajado. Tiene muchos conflictos sociales pero nosotros, desde hace unos 45 años, estamos acostumbrados a lo que pasa en Putumayo y Caquetá, que son zonas de alto riesgo y conflictos sociales, igual que en Cauca”.
Al final de la conversación, Carlos Alberto Solarte Solarte fue honesto, directo y contundente, como suele
ser:
Hoy puedo decir que me puedo morir tranquilo, sé que ellos, si quieren, pueden continuar y eso para uno es satisfactorio.
Entonces me miró como quien siente que ya está terminada la charla y concluyó sonriendo: “ellos lo han hecho bien”.
Texto : Mauricio Aranguren Molina
Las conversaciones con el Dr. Carlos Alberto Solarte Solarte, citadas en este artículo, hacen parte de su autobiografía, libro que pronto saldrá a la luz pública.